El New York Times publicó un editorial titulado » Arizona enojado, otra vez.» Lo siguiente es una traducción del editorial en su totalidad:
Muchos estados se ocupan de cuestiones urgentes: el empleo, la economía, los presupuestos rotos. Los legisladores de Arizona están tratando de dar nuevos poderes al gobierno para despojar los derechos individuales, para extender la ley de inmigración en las escuelas, la vivienda pública, los hospitales y consultorios médicos.
Arizona se dio a la zona cero de un nuevo nativismo el año pasado con una ley radical policial que alienta la discriminación racial y declaró la expulsión masiva de inmigrantes indocumentados a ser la política oficial del Estado. Esto llevó a los boicots, la caída del turismo y de negocio de convenciones y demandas, incluyendo una por la Administración de Obama. Sin embargo, la sesión legislativa actual de Arizona está a rebosar de proyectos de ley nativistas, varios de los cuales pasó a través del comité el martes en una medida “omnibus.”
Ellos incluyen:
Un proyecto de ley que cambia la 14a Enmienda a negar la ciudadanía a los hijos nacidos en Arizona para madres indocumentadas. Un proyecto de ley que exige a los hospitales para comprobar el estatus inmigratorio de cada paciente, convirtiendo a los médicos y las enfermeras en la policía de inmigración. Un proyecto de ley para negar la educación a los niños indocumentados al exigir prueba de ciudadanía para inscribirse en cualquier escuela pública o privada. Un proyecto de ley para tipificar como delito la conducción de los inmigrantes indocumentados, y para desalojarlos de la vivienda pública. Esto solucionará nada, y hacer un daño real.
El proyecto de ley sobre la ciudadanía por nacimiento interpreta la 14a Enmienda en una forma que ningún tribunal federal o el Congreso lo ha logrado. El Estado emitirá un tipo diferente de certificado de nacimiento a los bebés cuyos padres carecen de documentos. Es un problema inexistente; las mujeres no están escondidas por la frontera para que los bebés – al cumplir los 21 – puedan ser capaz de patrocinador para las tarjetas verdes. El plan no le echará fuera los inmigrantes ilegales, pero transformará las generaciones de jóvenes estadounidenses en criminales deportables.
El Tribunal Supremo ha dictaminado que los niños indocumentados tienen el derecho a la educación primaria, porque el país no es servido por la perpetuación de una subclase analfabetos. Y sin embargo, los líderes electos de Arizona, persisten en su asalto a ese principio. Los patrocinadores de los proyectos de ley no parece que se preocupan por el daño que hacen. Ellos se empeñan en inflamar las ansiedades en un país que está cambiando, aun cuando la delincuencia se ha reducido en ciudades fronterizas y la inmigración ha disminuido. Nuevos datos del Censo de los EE.UU. muestran un crecimiento de población más lento de lo que ha puesto desde la década de 1930 – otra época de la intolerancia racial y búsqueda de chivos expiatorios.
Esperamos que los arizonenses enojados, y el resto del país, pronto volverá a sus valores. La ciudadanía por nacimiento y la asimilación de los recién llegados son fundamentales para el experimento americano. Todo lo que separa a nuestros nuevos inmigrantes de los inmigrantes anteriores es la falta de un sistema para asimilarlos.